CRÍTICA
Entonces, uno me dice
que mis poemas explican
demasiado.
Que explicar un poquito
en un poema es
demasiado
–en la narrativa funciona, me dice–
y que la elipsis mejor.
Y otro:
que mis poemas son “divertidos y diferentes”,
y que algunos finales “se pueden explorar más”.
Otro (este sí)
me dice que me acuerde de Ovidio:
hay misterio en las alas de una mosca.
ANARQUIA
Sobre ella soy un ser fantástico
mitad mujer mitad bicicleta.
Los autos lanzan llamas de odio porque aparezco en dirección contraria, me salto
los altos, asusto a los que salen de sus garajes y llego antes que ellos a mi destino.
Hay dos bandos: los carros y el número creciente de bicis
en la ciudad arruinada por los carros.
Esta guerra no la entiendo. Yo no odio a los coches,
sólo trato de esquivarlos. Tienen su chiste,
pero hay demasiados y el petróleo
y algunos son francamente feos y recuerdan a tanques de guerra.
“Así te mantienes en forma”, me dice la vecina.
No, señora. Así llego a donde quiero ir.
Sentada, veloz,
el aire me peina como a mí me gusta
y a cada rato me asaltan satoris que olvido a la misma velocidad con la que suceden.
E insiste la vecina: “¿pero no llega usted toda sudada al trabajo?”
No llego sudada sino iluminada momentáneamente.
Además: hace poco aprendí a pedalear sin manos.
Ahora, de vez en cuando, sobre una calle más o menos lisa,
levanto mis brazos: es el triunfo de la cinética sobre la adultez.
EL HOMBRECITO VESTIDO DE GRIS
Vivimos en el mundo de blanco o negro, nada de medias tintas.
Ensalzamos a los hombres y mujeres decididos, con las cosas claras.
Just do it en letras amarillas fluorescentes sobre un fondo rosapink.
Tiene el gris un tinte de mediocridad y de duda. Es el color de las masas.
Encarna al oficinista eterno, al burócrata, al funcionario.
Sin embargo, el granito, noble, es gris.
Los masones comprendieron el gris.
Es el color de mil veces el mar y el cielo.
Es infinito, inasible; no duda, sino que se multiplica.
Annuska Angulo (Bilbao, 1971). Estudia Letras Inglesas en la UNAM, pero antes de eso estudió teatro en Bilbao y danza en Nueva York con Merce Cunningham. A veces le dejan trabajar de editora. Ha publicado los cuentos para niños Lo que mi tío piensa de Cristóbal Colón (2006), Suena México (2010, 2016), Blancanieves en el metro (2016) y la novela El misterio del lago olvidado (Progreso, 2007). Con Miriam Mabel Martínez es co-tejedora del libro de ensayo El mensaje está en el tejido (2016).
Imagen: Mark Tansey