¿Quién me presta una escalera?
En la esquina de mi casa había una cruz
y en la cruz un hombre en silencio
y en el silencio la falsa paz del mediodía.
Tuve que salir de la casa para pedir una escalera
a los vecinos
y así poder bajar al hombre de la cruz.
Hola vecina buenos días ya sé
que no hemos hablado en mucho tiempo
pero necesito que me preste una escalera.
Don Amador cómo le ha ido ya sé
que no me conoce pero yo a usted sí
y lo necesito disculpe don Amador.
Como nadie me prestaba una escalera
quise valerme de la oferta y la demanda
y visité varios locales sin fortuna.
Es como si las escaleras y la piedad
se encontraran extintas y no hubiera
corazón ni dinero para remediarlo.
Volví a la casa y antes de entrar
le dije al hombre de la cruz
que mañana sería otro día
que tal vez amanezca una escalera en algún lado
que tuviera paciencia
y que la cruz no es lo que mata es la fe lo que aniquila.
Arturo Loera (Chihuahua, 1987) es autor de los libros El poema vacío (ICM/Conaculta, 2013), Cámara de Gesell (Premio de poesía Editorial Praxis, 2013) y La retórica del llanto (Fondo Editorial Tierra Adentro, 2014). Ha publicado en diversas revistas como Tierra Adentro, Cuadrivio, Radiador, Punto en línea, La cigarra, Pliego 16, Lado B, Revista Moria, entre otras. Parte de su trabajo se encuentra reunido en antologías como Fuego de dos fraguas, poetas jóvenes de México y España (Exmolino: Taller Editorial / Centro Cultural España, 2016), Del inconveniente de haber nacido en México (Piedra Bezoar, 2016), entre otras. Algunos poemas han sido traducidos al inglés y al italiano. Fue becario de la Fundación para las Letras Mexicanas, periodo 2013-2015. Actualmente, labora en la agencia de publicidad Folklore.