Descomposición
Pieza en tres cuadros
Me engaño, luego existo.
Samuel Beckett
1
– Aquí, donde digo Yo la oscuridad brota como una palabra que la lengua raspa y el canto que ofrece es una herida nueva en el semblante magro de los dioses:
Míralos, han extendido sus sombras sobre la página para que veamos las cosas en ausencia de ellas por vez primera, su verdadera esencia, su salvaje deseo de existir.
2
– Aquí, donde escribo Yo una parvada de pájaros refuta mi argumento y todo como palabra deja de tener sentido. Las nubes se amontonan en el cielo y con cierto vértigo los pensamientos se precipitan en forma de lágrimas, porque la lluvia es una imagen cansada de la retórica de los días y las estaciones.
3
– Pero aquí, en el aquí de ahora, la acumulación de los instantes duele y nada tiene nombre, porque la piedra que se aferra al tiempo es una sanguijuela en el recuerdo de un hombre sentado en el sillón mirando infomerciales a altas horas de la noche.
Ernesto Jerusalem (1984). Perfecto desconocido.
Foto: Victor Padilla.