Jorge Correa. Día de Pesca

 

Los cobardes

¿qué habrá sido de mis compañeros

después de la huida?

 

los cabizbajos

patea latas

pisa sombras

 

los que van con el rostro hacia el suelo

para no dar cara al sol

para no explicar

a miradas que piden explicaciones

por qué abandonamos el frente

y no pudimos morir

o por lo menos

encontrar las palabras

el argumento que aclare

que no es que no hayamos querido matar

por falta de conocimiento

en el mecanismo

tan simple

como decía el comandante

de una metralla

 

qué habrá sido de mis compañeros

al volver a casa

y decir

lastimosamente vivos

no pude hacerlo.

 

 

Atarse las aguas

 

huir
mar adentro
de las agujetas
un nudo
que lamentamos
por no dar muerte

la asfixia
viene al caminar
el oleaje que arrastra;
las mismas calles
cementerio de navíos;
formalidades burocráticas
donde una persona
se ahoga en el protocolo
de los buenos días
buenas tardes
sin decir
sin hacer
realmente quieto
en una existencia
con motivaciones
como ser náufrago
o tomarse el día libre porque sí
o adoptar un perro
o levantarse en armas contra el estado
o no saludar simplemente
más otras fuerzas
cada vez más lejanas
más marea en el horizonte
hacia el abismal
conjunto de olvidos
que terminamos por ser
al atarnos el calzado.

 

 

Morir es muy difícil

he deseado
fallas en los motores
del avión
el par de veces
que he viajado en uno

pero pienso
el resto de pasajeros
no tienen la culpa
turbinas de emergencia
serían activadas

morir es muy difícil

veo a mi padre
sufrir dolores
neuropáticos
todos los días

él ha deseado morir
a seguir padeciendo

lo ha dicho
aferrándose
a la sábana
muchas veces
tal vez
como diciendo
haz algo

he visto a un tío
beber
hasta perder peso
familia
dinero
trabajo
sufrir congestiones
que no lo acaban
temblar
por otro trago

morir es muy difícil

he visto a hombres
con tubos
en su existencia
alimentados
por sondas
durante años

indigentes
sobrevivir
con poco pan
y oxígeno

perros
matar el hambre
con comida rancia
de basureros

ratas
devorarse entre sí
instintivamente

la primavera
dijo Tólstoi
lo es
incluso en las ciudades

 

 

Día de pesca

 

Era la séptima vuelta

al mismo disco de Randy VanWarmer

la carretera devoraba al cielo

o el cielo a la carretera

 

aquel sol

justo por encima de todo  

sin nada parecido al mar

hacia el horizonte.

 

mi madre cantaba en voz baja

bebía botellas de cerveza

hablaba de su familia

contradecía a mi padre

 

tarde para volver

a tiempo

para conseguir

las mejores sardinas

escuchaba 

desde el asiento trasero            

una discusión

cuando

 

anzuelos 

 

cordeles

 

un labial rojo

 

bolsas de emergencia

 

café como una mancha estirándose

 

ojos

 

cielo

 

manos

 

vidrio fragmentado

 

cabello

 

y ese rugido

 

sobre el kilómetro 254               

un vehículo se estampó

en la puerta del nuestro   

 

madre

junto a mi cara       

 

en algún momento 

 

a incontables kilómetros por ahora

 

me vi con miedo ahogarme        

sin recuerdos del mar. 

 

 

 

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