Fiesta de Domingo
El cielorraso
Nebuloso y asimétrico,
Era el techo de la fiesta.
Mantelitos naranjas,
De un color chillón que engulle
La vista. Una multitud
De ojos como poemas,
Algunos melancólicos,
Otros pesados.
Llenos de abandono.
Pero sin prisa.
Se quedaban allí,
Sin más.
En el rostro, gestos
Desmesurados.
Y la singular euforia mexicana,
En las fiestas de los domingos.
Periquitos con melódicas
Del ayer y hoy.
De un amor desbocado,
Un sinnúmero de parejas,
Llorando y besándose.
Y una lira balbuce
Canciones que sus oídos jóvenes no conocerán jamás.
Boleros.
Canciones de dominio público.
De la fiesta del domingo.
Las voces también se palpan
Hay voces que se palpan
Sin manos,
Dijiste.
Hay poemas dispersos entre las ciudades,
Tendidos a media noche,
Vibrando o rugiendo
O reptando.
Ataviados en los amaneceres
Manchados de rosa.
La poesía es inenarrable,
Por eso no se toca,
Dijiste.
Por eso,
Tu cara y mis manos de ciego en ella.
—Todos guardaban silencio—
Es el sonido de un avión
Rompiéndose en el aire
Como pedacitos blancos de papel picado
Que pesa.
No está nevando.
Paola Bernal (Lagos de Moreno 1998) Pinta, escribe, comparte música, y todo lo demás.
Imagen: Josef Koudelka