David Araujo. ¡Guardias!

 

MÍRENSE NADA MÁS

 

Están más arruinados que los fariseos.

 

No saben ni dónde viven.

Podrían estar en la Luna y no se darían cuenta.

 

Diríamos, incluso,

que nadie aquí descubrirá cómo partir un átomo.

 

Quieren una señal

para darse cuenta pero se ríen cuando descubren

 

que “querubín” significa “toro”

y que este toro guarda el Paraíso con una espada de fuego.

 

¿Qué quieren que les diga?

A pesar de todo los perdono, sólo por tratarse de una broma,

 

pesada como la materia, pero broma al fin y al rabo.

 

 

¿POR QUÉ NOS EMPEÑAMOS EN RECORDAR SÓLO LAS COSAS BUENAS/MALAS?

 

A ver, a ver. Primero lo primero.

¿No fue su Rey el primero en romper

la Ley de Moisés?

En cierto sentido el Mesías es Satanás,

¿están de acuerdo?

 

Ambos Partidos adoptan la historia

del corderillo vestido de lobo

que convierte el agua en vino,

la piedra en pan, la sangre en flores

y los gritos en suspiros.

 

Ya lo saben,

hace a la raza resistente como un metal.

«Juntos pero no revueltos», dice aquí.

 

 

 

¡GUARDIAS!

 

Por el amor de Dios, dejen al Diablo entrar a cenar.

 

Yo sé que el cordero es buena lana y carne

y pueden cortarlo las veces que quieran para comer

 

pero cuando se acabe, ¿de dónde cuernos sacarán otro?

No podrán conseguirlo aunque peguen la lana y los bistecs.

 

Así que si me lo permiten yo podría abrirle la puerta.

Al rabo su lugar siempre está reservado y su plato volando.

 

 

 

David Araujo. (León, 1987). Encantador de perros.

 

 

 

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