Marlene Ayala. Mi casa es una tumba y yo duermo mucho

 

Mi casa es una tumba y yo duermo mucho

 

Duermo demasiado.

Mamá me reta para que me levante y grita: ¡Son las doce!,

¡Laven los platos, arreglen la cama,

hagan limpieza profunda

y los otros, corten el pasto!

y yo duermo para evadir el tiempo

y a veces chateo toda la noche,

y dejo pasar la vida como quien chatea hasta morirse.

En la cama hay humedad y poemas

y sueños de amigos virtuales.

Tengo la boca llena de miedo,

y el miedo sale por debajo de mi puerta.

Mis padres caminan firmes y torpes.

Me pellizco la cara, de pronto,

y no siento la piel.

¡No existe nadie en este cuerpo!

¡Este es el único cuerpo del mundo que no existe!

¡He olvidado quién soy y que sigo viviendo!,

Me toco los ojos y las tetas y estoy sucia

y sueño que vivía y que me llamaba Marlene

y que era cierto, y estaba en La Rioja

y ese lugar era parecido al infierno

y me visitaban fantasmas que venían del desierto.

Me digo que soy Alejandra y me digo

“¡Estás enferma de vida,

de esta única vida real!”

y agarro de nuevo el teléfono

y lo aprieto en mi pecho

y escucho la musiquita de los Angry Birds

y como el cerdito verde ríe

y la risa era como la de papá

cuando venía a mi cama con magnolias

pero en realidad eran pájaros sangrando.

Papá viene como un muerto,

y habla mucho,

habla sobre el poder de existir.

Papá ha naufragado.

Mamá me salva a veces

pero no sabe qué pasa.

Ella es tan bella en su ruina,

sé de ella cuando duerme

se parece a mamá

cuando se pintaba los labios de rosa

y usaba largos vestidos.

Ahora se la pasa mordiendo la rabia

y le jura a un santo de plástico

que si lo cambia ella va a ser mejor persona.

Pero ninguna de las dos cosas pasan

y papá comienza a morirse en las esquinas.

 

 

(de Family Game . Ed. Perniciosa.  Argentina. 2016)

 

Marlene Ayala. (Bs. As. 1991)

 

 

 

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