Aldo Vicencio. Lindar la carne

 

Lindar la carne

 

saltar de una tangente a otra

más que cualquier cosa

 

  prosperar es perder

 

no tolerar la calma

todas las calmas

  el mismo timbre que zurce cabellos

 

acabar entonando un gemido dócil

 

hay que abrir la intermitencia de lo frágil

 

sin orden, registro o ritmo

contar una silente permuta de siglos

  acaso los cordones recuperados de una religión

 

el sopor de la luz sin forma

  amaestrar, soltar b r a m a r

 

empezar sobre una verticalidad,

y dejar de funcionar para sostener el río de carne

 

la yema de la bestialidad

  atinar a convulsionar deshecho,

  compungido y soterrado por las murallas que entran a la casa

 

  aguijón sin punta

aplastado por plumas

una a una metáforas precisas para sentenciar un vértigo domesticado

 

acabar yermo

el acento saciado

  abalanzar, linfa

 

suspiro corroído

se repliegan los dedos

  hay una mandíbula sin dientes que dice

 

la tierra enrojecida silba

 

todo mi derrumbe requiebro

 

 

Imagen: Takato Yamamoto

 

 

 

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