Aviso Oportuno
Usted está haciendo lo que nunca
nadie
antes
había hecho en poesía
pero lo hace mal.
¡Ayúdenos a ayudarlo! Por principio,
no repita palabras,
eso es pobreza léxica y, ya sabe:
pobreza no es vileza
pero por ahí empieza: usted
es un creador de universos ¡y luego resulta
que en sus inspirados poemas,
nos permitiremos la licencia
de llamarlos así,
hemos registrado una frecuencia cercana al 27
por ciento
de la palabra
«cosa»!
(y ahora, fingiendo que somos nosotros quienes estamos
escribiendo,
aprovecha para desprestigiar nuestra límpida empresa
con este desesperado y torpe
ringlero
de palabras repetidas como pinzas
baratas
de la ropa
en un tendedero de mecate).
¿Qué no hay otra palabra que no sea
palabra?
Piense, por favor.
Estatua
Gran parte de mi obra
permanece
inédita.
Otra algo más pequeña
ha causado disturbios, lanzamientos
de ropa interior al escenario
donde alguien más
no yo
promete no leer nada en público si no han transcurrido
por lo menos dos siglos desde
su primera edición.
Mi signo es capricornio y mis años
ya van siendo bastantes
y debiera
sentir menos pasión por hacer el ridículo.
Pero hay cosas así,
tan imposibles.
El Congreso Universal de Escritores
No se dejen engañar,
lo mío
no es un gesto de
hostilidad
amenazante.
Sucede que los
huesos
de mi cráneo
están dispuestos de
tal forma curiosa
que comparto con
mis colegas y
vecinos de galaxia
lo que algunos
connotados
narradores han
descrito
como el típico gesto
del criminal
lombrosiano pero
¿es que todavía
alguien
en todo el universo
se acuerda de Cesare
Lombroso? Me
disculpo
nuevamente: ya sé
que debería decir
universos, así, en
plural,
porque también he
de reconocer, no sin
rubor,
que a los de nuestra
especie
nos han vuelto el
blanco de bromas tal
vez muy divertidas
para otros
respecto a la manía
que tenemos de
hablar del vecindario
como si fuera todo
lo posible, igual que
si no hubiera
por lo menos un par
de docenas de
diosas,
allá afuera,
que improvisaron
todo esto como un
juego de salón y
para sacudirse
un poco
el aburrimiento.
Pero, como ustedes
saben, el tiempo
de las explicaciones
termina por
adecuarse,
punto por punto,
al de los hechos
reales, como esos
mapas
que representan un
territorio y luego
caen sobre él,
lo mismo que la
colcha
sobre las sábanas.
Así que no los
entretengo sobre los
pormenores del
outsourcing
que me dio la
ocasión de estar aquí
ante ustedes
como entusiasta
edecán para darles
cálidas
bienvenidas una y
otra y otra vez.
Diviértanse y piensen
muchísimo en todo
eso en lo que se la
pasan
pensando.
Poética del Ruido
Digamos que yo estoy interesado
en tocar
el piano, por ejemplo, aprender más de una
manera de hacer ahí lo que realmente
quiero y no
esas vagas torpezas que no alcanzan
la gracia
de no parecerse a nada.
No aprender la forma en que desaparecen los errores,
sino saber estar ahí
cuando ocurran.